¿Qué es exactamente la "minerabilidad" en un vino?
- Luis Rodriguez
- 25 abr
- 1 Min. de lectura
Seguramente has oído a algún sumiller o aficionado describir un vino como "mineral", diciendo que recuerda a piedra mojada, tiza, o incluso pólvora...Pero, ¿qué significa realmente "minerabilidad" en un vino? ¿Vienen esos sabores de los minerales del suelo?
La respuesta, sorprendentemente, es no tan directa.
Aunque muchos vinos nacidos en suelos pobres en nutrientes (como los de pizarra, granito o caliza) muestran características minerales, los compuestos minerales reales del suelo no pasan directamente a la copa. La ciencia apunta a que esas sensaciones provienen más de aromas y compuestos orgánicos que se desarrollan por varios factores combinados:
Tipo de suelo: suelos pobres y pedregosos obligan a la vid a esforzarse más, concentrando sabores.
Clima: zonas frescas suelen producir vinos más tensos, con mayor percepción de acidez y sensaciones minerales.
Técnicas de vinificación: fermentaciones espontáneas, crianzas sobre lías o el uso mínimo de madera potencian estos matices.
Por ejemplo, un Albariño de Rías Baixas puede mostrar intensos toques de mineralidad... pero esa impresión nace de una mezcla de acidez vibrante, aromas terrosos y estructura ligera, no de una transferencia literal de minerales desde el suelo a la copa.
La minerabilidad sigue siendo, en parte, un misterio sensorial. No hay consenso científico total, pero para los amantes del vino, sigue siendo una de las características más mágicas: esa sensación etérea que hace que un vino parezca conectado de forma íntima con su lugar de origen.
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